Te conocí viendo pasar trenes que nunca regresaban.
Tú esperabas a otra mujer en la estación; parecías cansado.
No supe qué decir.....Se quedó un ángel dormido en mi garganta.
Al fin el tiempo nos reunió como a planetas que orbitan.
Coleccionabas soles, me dijiste,
Me enseñaste tus heridas.
Yo me solté el pelo y amarré las horas con mi cinta.
Y ahora te miro tras tantos años.
Creo que aún te debo muchas canciones...
El tiempo y sus mareas fueron meciéndonos con sus latidos.
El fiero canto de un guerrero cisne anunciaba un nuevo siglo.
Cayeron hombres, levantaron muros y aún seguías conmigo.
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